El Vaticano prepara una ceremonia histórica para canonizar a Carlo Acutis, el “santo millennial”

Radio Betania. El joven italiano, conocido por su labor solidaria y su pasión por la informática, será proclamado santo el 7 de septiembre en Roma bajo la conducción del Papa León XIV, marcando un hito para la Iglesia.

Miles de fieles se preparan para presenciar en la Plaza de San Pedro un acontecimiento sin precedentes: la canonización de Carlo Acutis, un joven italiano de 15 años que falleció en 2006 y que, gracias a su pasión por la informática y su dedicación a los más necesitados, se convertirá en el primer santo de la Iglesia Católica nacido y criado en el siglo XXI. La ceremonia, programada para el 7 de septiembre y presidida por el Papa León XIV, sucesor de Francisco, marca un hito tanto para la Iglesia como para la generación digital, según informó The Times.

El Vaticano confirmó que la canonización de Acutis, apodado “el santo milenario”, tendrá lugar en la emblemática plaza vaticana, donde se espera la asistencia de miles de personas. El evento, inicialmente previsto para abril, se pospuso tras el fallecimiento del Papa Francisco y será ahora el nuevo pontífice quien oficie la ceremonia.

La relevancia histórica de este acto radica en que Acutis será el primer santo cuya vida transcurrió en la era de internet, lo que lo convierte en una figura de especial interés para la Generación Z y para la Iglesia en su esfuerzo por acercar a los jóvenes a la fe.

Carlo Acutis nació en Londres durante una breve estancia de su familia en el Reino Unido, pero creció en Milán, donde desde pequeño mostró una profunda sensibilidad social y espiritual. Aprendió a programar en Java a los ocho años y, poco después, creó un sitio web dedicado a documentar milagros católicos.

Su madre, Antonia Salzano Acutis, relató a The Times que a los nueve años su hijo le pidió comprar sacos de dormir para las personas sin hogar que veía en el centro de la ciudad, argumentando: “Yo tengo el amor de mis padres y un hogar, mientras que ellos no tienen nada”. Además de su labor digital, Carlo dedicó su infancia a ayudar a los pobres y a difundir la fe a través de internet, lo que le valió un rápido reconocimiento dentro de la Iglesia.

El proceso de canonización de Acutis avanzó con inusual celeridad tras su muerte por leucemia en 2006. El Vaticano atribuyó a su intercesión dos curaciones milagrosas de personas gravemente enfermas, lo que permitió su beatificación y, posteriormente, la aprobación de su santidad.

La familia Acutis asumió los elevados costos del proceso, que incluyó la contratación de expertos para verificar los milagros. Antonia Salzano Acutis confesó a The Times que nunca fue una católica devota y que la fe de su hijo la sorprendió profundamente: “De una persona como yo, que no es nada, surgió Carlo. Eso demuestra el poder de Dios; es un misterio”.

Herencia familiar y legado intelectual

La herencia espiritual de Carlo Acutis no se limita a su vida y obra personal. Su familia materna cuenta con dos figuras canonizadas: Giulia Salzano, fundadora de las Hermanas Catequéticas del Sagrado Corazón de Jesús, canonizada en 2010 por el Papa Benedicto XVI, y Caterina Volpicelli, fundadora de las Doncellas del Sagrado Corazón de Jesús, canonizada en 2009 por el mismo pontífice.

Ambas religiosas, emparentadas por las ramas maternas de Carlo, contribuyeron a que la familia fuera reconocida en el ámbito eclesiástico. Por el lado paterno, la familia Acutis desciende de Paolo Ruffini, un destacado matemático italiano del siglo XVIII, conocido por sus aportes al álgebra y su labor como médico.

La madre de Carlo compartió que la familia no solo heredó una tradición de santidad, sino también un legado intelectual, lo que, en sus palabras, se refleja en la singularidad de su hijo. Además, la familia cuenta con raíces en Londres, ya que la abuela paterna de Carlo nació en esa ciudad, hija de padres ingleses y polacos.

El papel de las reliquias y la devoción global

Las reliquias de Carlo Acutis adquirió un papel central en la devoción que lo rodea. Fragmentos del revestimiento de su corazón fue transportados en relicarios de cristal por todo el mundo, mientras que cabellos suyos se han distribuido a más de mil diócesis para su veneración.

Antonino Cottone, uno de los pocos expertos en reliquias autorizados por el Vaticano, ha sido responsable de preparar y custodiar estos objetos sagrados. Cottone explicó a The Times que las reliquias se extrajeron durante la exhumación de Carlo en el proceso de beatificación y que actualmente solo tres personas en Italia practican este oficio. Un trozo de carne de Carlo, enmarcado en un relicario de plata, estaba destinado a ser entregado al Papa Francisco, pero tras su fallecimiento, será presentado al Papa León.

El trabajo de Cottone no se limita a las reliquias de Acutis. También ha preparado crucifijos con fragmentos de huesos de santos, como el de San Agustín, para el Papa León, quien portó uno de estos objetos al salir al balcón de San Pedro tras su elección como pontífice en mayo de 2023.

La canonización de Carlo Acutis representa un momento de especial significado para la Iglesia Católica, que busca renovar su vínculo con las generaciones más jóvenes. La figura de este adolescente, que combinó la fe con la tecnología y la solidaridad, se perfila como un modelo contemporáneo de santidad, capaz de inspirar a quienes buscan referentes en la era digital.

La historia de Carlo, según su madre, es el resultado de una combinación única de espiritualidad y talento, una síntesis familiar que ahora se proyecta en la figura del primer santo del siglo XXI.

 

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