Llegó al Plan Tres Mil en 1991 tras renunciar a la diócesis de Palencia, en España. Fue un referente en la ciudadela por su carisma, entrega y compromiso con los más necesitados
Radio Betania /El Deber/ Monseñor Nicolás Castellanos, el obispo que cambió su diócesis en España por el trabajo en el Plan Tres Mil, falleció este miércoles en la clínica Foianini. Personas allegadas al sacerdote afirmaron que el deceso se produjo a las 11.00 de la mañana de forma inesperada, puesto que, a pesar de su edad avanzada, gozaba de buena salud.
Castellanos cumplió el martes 90 años y lo celebró con su entorno más cercano. El religioso agustino nació en Mansilla del Páramo, León, el 18 de febrero de 1935. En 1991 llegó a Bolivia junto con una misión religiosa y, desde el Plan Tres Mil impulsó numerosos proyectos de desarrollo en educación, vivienda, fortalecimiento de los clubs de madres entre otros.
Nicolás Castellanos fue el espíritu que impulso el Proyecto Hombres Nuevos con el propósito de mejorar las condiciones de vida en los barrios más desfavorecidos. Su entusiasmo incansable ha ampliado la obra no solo en toda la toda la ciudadela sino también a otras regiones del Departamento y del país.
La fundación gestiona directamente 15 colegios, han conseguido la escolarización de más de 15.000 niños, cuentan con una escuela universitaria de teatro, de informática y turismo. Tienen un programa de becas escolares con más de 500 universitarios. En materia de salud y bienestar gestiona un hospital en el Plan tres Mil, cinco comedores infantiles, un programa de salud en los colegios, dos centros de día para niños trabajadores, un hogar para invidentes y un vivero de microempresas. Entre las construcciones realizadas por la fundación destaca la Ciudad de la Alegría, una zona con áreas recreativas como piscina y escuela deportiva; la plaza del mechero, un entorno recreativo; pozos de agua, viviendas sociales e iglesias. También cuenta con un programa de animación sociocultural, una banda de música, una orquesta sinfónica y un centro cultural destinado, sobre todo, a fortalecer la cultura entre los más carenciados.
Por su labor ha recibido diversos premios en España y en Bolivia, siendo el más prestigioso de ellos el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia, que le otorgaron en 1998. En Santa Cruz de la Sierra, ciudad a la que quiso como su segunda tierra, recibió la Medalla al Mérito Municipal otorgada por el Concejo Municipal de Santa Cruz de la Sierra, en 1998. En 2006 el Gobierno español de Rodríguez Zapatero le otorga la Medalla de Oro al Trabajo, que le es impuesta en agosto del mismo año por la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega en el curso de una visita de estado por Bolivia.