Radio Betania /ADNcelam/Con la cita bíblica “Peregrinos de esperanza, la esperanza no defrauda” (cf. Rm 5), los obispos de Bolivia concluyeron este martes la 117.ª Asamblea Plenaria de la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), con su tradicional Mensaje al Pueblo de Dios que subraya la renovación de la fe, el compromiso con los pobres y los jóvenes, y la necesidad de reconstruir juntos la democracia en el país.
El mensaje fue leído por monseñor Giovanni Arana, secretario general de la CEB y obispo de la Diócesis de El Alto, acompañado por el presidente de la Conferencia Episcopal, monseñor Aurelio Pesoa Rivera, obispo del Vicariato Apostólico del Beni, y el vicepresidente, monseñor Percy Lorenzo Galván Flores, arzobispo de La Paz.
Iglesia en camino en el año jubilar y bicentenario
Los obispos saludaron al pueblo boliviano recordando que “este año la Iglesia universal experimenta una renovación al celebrar los 2025 años del nacimiento de Jesucristo, como también la celebración del bicentenario de Bolivia”. Ambos acontecimientos, afirmaron, son una oportunidad para “renovar nuestra fe en la acción salvadora de Dios” y fortalecer la vitalidad eclesial.
“Hemos aprovechado estos acontecimientos para asumir un compromiso personal y comunitario en la transformación de la realidad conforme a los criterios del Reino de Dios”, señalaron.
Ser “peregrinos de esperanza”, dijeron, “no significa quedarse conformes, sino “saber encontrar una fuerza interior para superar las adversidades y mejorar nuestra condición de vida”.
Iglesia pobre para los pobres
En el mensaje, los prelados reafirmaron su fidelidad al Evangelio y a las motivaciones pastorales del Papa León XIV, reiterando que la acción social de la Iglesia “por los pobres debe ser visible y cotidiana”, no algo “superficial, ocasional y opcional”, sino parte esencial de su identidad.
Recordaron que la Iglesia está llamada a ser “una Iglesia pobre para los pobres” y citaron la exhortación apostólica Dilexi te del Papa: “El cristiano no puede considerar a los pobres solo como un problema social; estos son una cuestión familiar, son de los nuestros”.
Los obispos remarcaron que la relación con los pobres no debe reducirse a “una actividad o a una oficina de Iglesia”, más bien debe implicar “dedicar tiempo, ofrecer atención amable, escuchar con interés y acompañar en los momentos más difíciles”.
Opción preferencial por los jóvenes
El mensaje dedica un apartado especial a la juventud boliviana, reconociendo que el país “cuenta con un alto porcentaje de jóvenes”, lo que exige una atención prioritaria tanto del Estado como de la Iglesia. “Los jóvenes son el presente de nuestra sociedad y necesitan ser protagonistas en escribir la historia del país, siendo el rostro de esperanza”, expresaron los obispos.
Invitaron a los jóvenes a vivir su compromiso bautismal a través de la “catequesis, las misiones, el voluntariado y los movimientos juveniles”. Asimismo, llamaron a la Iglesia a “despojarse de estructuras cerradas” para dar espacio al liderazgo juvenil y “escuchar su voz”.
“Solo con su aporte creativo y con nuevas ideas se renueva la vida de la Iglesia”, sostuvieron, insistiendo en la necesidad de “facilitar el encuentro personal con Cristo” para que “cada joven conozca, ame e imite las actitudes de Jesús”.
Nuevo gobierno y reconstrucción de la democracia
En un contexto político marcado por la transición gubernamental, los obispos felicitaron al nuevo presidente Rodrigo Paz y le desearon “el mejor de los éxitos en su servicio por el bien común”.
Advirtieron, sin embargo, que “reconstruir la democracia no es tarea fácil, ni responsabilidad de unos cuantos”, por el contrario, será un esfuerzo compartido que requiere “reconciliación, participación, generosidad, honestidad y transparencia”.
“El país está destrozado y no podemos ser indiferentes. Es posible salir de esta crisis, pero los primeros en comprometernos debemos ser nosotros mismos. Caminando juntos es posible avanzar”, expresaron los prelados. Y pidieron tiempo y serenidad para los procesos de cambio estructural, insistiendo en la importancia de “dar espacio al diálogo, al consenso, al encuentro fraternal y al respeto”.


