«Aquí los jóvenes tendrán oportunidad de entrar en 150 casetas de diferentes movimientos, asociaciones, comunidades, órdenes religiosas y proyectos de carácter social, a quien llamamos Anfitriones, para conocer mejor la variedad de carismas que compone el «bello jardín de la Iglesia»». Así han contado a ECCLESIA en qué consiste la feria de las Vocaciones, uno de los espacios instalados en Lisboa para que los jóvenes puedan vivir «el escenario de verdaderos encuentros con Cristo».
Los jóvenes tienen sed de Dios
También el nuevo Servicio de Pastoral vocacional espera a los jóvenes de la JMJ de Lisboa. Coordinado por las Comisiones Episcopales para el Clero y Seminarios; Laicos, Familia y Vida; Vida Consagrada; y Misiones, «quiere facilitar el encuentro de los jóvenes con la vida religiosa en sus distintos carismas». Además, «quiere ser un proyecto de la Iglesia en España con sus distintas realidades en diócesis, congregaciones o movimientos».
Sor Clara, Hija de la Caridad, explica que «han pasado muchos jóvenes también con la inquietud de plantearse para Quién soy, para ese Quién con mayúscula. Hemos visto que los jóvenes tienen mucha sed de Dios. Es un momento grande el poder compartir con ellos esa sed y poder transmitirles las respuestas a sus preguntas”.
De todos los rincones y carismas
«Es una feria donde están todas las espiritualidades, todos los carismas, muchísimas vocaciones. Unos impresionan la cantidad de vocaciones y carismas que el Espíritu Santo ha suscitado. Aquí estamos también como Instituto Secular de Hermanas de María, queriendo compartir con ustedes nuestra vocación, que es una vocación consagrada y una vocación. Y entonces aquí también nos acompañan hoy las postulantes hermanas de distintos países, de diversos idiomas», explica la hermana Camila, de Schoenstatt.
«Visitas cada puesto y ver cómo cuentan todo con tanta alegría. Ver por ejemplo a monjas de clausura jóvenes te llena de esa fuerza que necesitas, y te animan además a abrir tu corazón a la llamada de Cristo. Con este reto, también te invitaban a ir a la capilla, así que te acercan más a Dios, que a veces se te olvida porque ves tanto barullo… y no hay que olvidar que Dios debe ser el centro”.
Fuente: https://www.cope.es/
