Radio Betania 22.12.2020 En la celebración del IV domingo de adviento, teniendo como referente a la Virgen María, se realizó el cierre del curso de primer nivel para catequistas de la parroquia Nuestra Señora del Carmen, situada en la zona del Distrito seis. Después de una amplia evaluación se hizo una pausa para luego participar en la Santa Misa, al final de la misma, se entregó los certificados de participación a los que fueron responsables y participaron de todos los encuentros y cumplieron las distintas responsabilidades encomendadas.
El curso fue programado y realizado por la Comisión Arquidiocesana de Catequesis, bajo la responsabilidad de la Lic. Marina Roda.
Haciendo referencia a la Virgen María, Madre del Señor y Madre Nuestra y relacionando su misión con la ahora, misión de los catequistas, el Párroco, Padre Marcial Chupinagua, en el momento de la homilía señaló tres virtudes, valores y cualidades que son pilares en la vida y misión de toda persona y, especialmente de cada cristiano, y sobre todo, quien como María, es servidor de la Causa del Señor, el anuncio del Reino.
LA GRATITUD: La gratitud, señaló, es una virtud característica y esencial en una persona y en un cristiano. Es una virtud que tiene como fundamento o base, la humildad. El humilde sabe que lo que hace, lo recibe de Dios que, con el Espíritu Santo, es fuente de sabiduría y gracia. El egoísta, el orgulloso, cree que es suficiente, que no necesita de los otros, que lo sabe todo, el egoísta y orgulloso no pide perdón, porque cree que son los otros que le deben servir y complacer.
LA FIDELIDAD: Dios es fiel, Dios ama a su pueblo, ama a su criatura predilecta porque es obra de su amor y Dios lo ama en toda circunstancia y le busca, lo restaura, lo llama para reconciliarlo con su vocación se ser instrumento hacia la causa del reino y para ser feliz. María fue fiel a la voluntad del Padre y a la misión que le encomendó, acompañó a su hijo e hijo de Dios en toda su misión y cumplió fielmente el pedido de su hijo de asumirnos como hijos suyos, acompañó a los apóstoles en su espera de la venida del Espíritu santo y así como ella engendró al hijo de Dios, por obra del Espíritu Santo, también estuvo con los apóstoles en el Bautismo de la Iglesia en el acontecimiento de pentecostés.
LA RESPONSABILIDAD: La misión es una responsabilidad confiada a los bautizados. Dios confía su palabra, la evangelización, el anuncio del Reino a quienes asumieron el compromiso como hijos suyos en el bautismo y los catequistas, reciben esa confianza para traducirla en RESPONSABILIDAD.
El catequista, y todo cristiano, debe ser agradecido con esa mirada y llamada de Dios para compartir esa tarea tan sublime de ser instrumento útil en la edificación del Reino de Dios, sobre todo, pensando en la niñez que es a quienes Jesús privilegió afirmando que quienes son como niños son los primeros a quienes pertenece el Reino de Dios.
El catequista debe ser fiel a esa confianza y a esa misión.
El catequista, como María, como Jesús y como los apóstoles y tantos santos y mártires que dieron la vida en testimonio de fe y de misión, tienen el honor y el privilegio de la mirada confiada de Dios que cuenta con cada uno para hacer presente de manera cercana y fervorosa esa tarea en cada comunidad.
Fuente: Parroquia Nuestra Señora del Carmen.