Radio Betania/AciPrensa/El Papa Francisco dedicó la catequesis de este miércoles 8 de mayo a reflexionar sobre la esperanza, y afirmó que quien está animado por esta virtud y es paciente, “es capaz de atravesar las noches más oscuras”.
Al inicio de su catequesis, el Papa Francisco definió la esperanza como aquella virtud “por la que aspiramos al Reino de los cielos y a la vida eterna como felicidad nuestra, poniendo nuestra confianza en las promesas de Cristo y apoyándonos no en nuestras fuerzas, sino en los auxilios de la gracia del Espíritu Santo” .
Según el Santo Padre, “estas palabras nos confirman que la esperanza es la respuesta que se ofrece a nuestro corazón cuando surge en nosotros la pregunta absoluta: ¿Qué será de mí? ¿Cuál es el destino del viaje? ¿Cuál es el destino del mundo?’”.
Desde la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa Francisco afirmó que “todos nos damos cuenta de que una respuesta negativa a estas preguntas produce tristeza”.
En esta línea, remarcó que “si no hay un sentido en el viaje de la vida, si no hay nada ni al principio ni al final, entonces nos preguntamos por qué debemos caminar: De ahí surge la desesperación humana, el sentimiento de inutilidad de todo”.
Por ello, aseguró que “si falta la esperanza, todas las demás virtudes corren el riesgo de desmoronarse y acabar en cenizas. Si no hubiera un mañana fiable, un horizonte luminoso, sólo quedaría concluir que la virtud es un esfuerzo inútil”.
Más tarde, recordó que “el cristiano tiene esperanza no por mérito propio”, sino porque “Cristo murió y resucitó y nos dio su Espíritu”.
Reiteró que la esperanza es una virtud teologal debido a que “no emana de nosotros, no es una obstinación de la que queramos convencernos, sino que es un don que viene directamente de Dios”.
“No hay derrote ni muerte para siempre”
Al dirigirse a los fieles reunidos frente a la basílica papal, el Pontífice afirmó que “si crees en la resurrección de Cristo, entonces sabes con certeza que no hay derrota ni muerte para siempre”.
“Pero si no crees en la resurrección de Cristo, entonces todo se vuelve vacío, incluso la predicación de los Apóstoles. Todo se vuelve vacío”, advirtió.
¿Cuándo pecamos contra la esperanza?
También destacó que la esperanza “es una virtud contra la que pecamos a menudo: en nuestras nostalgias malas, en nuestras melancolías, cuando pensamos que las felicidades pasadas están enterradas para siempre”.
Además, señaló que pecamos contra la esperanza “cuando nos abatimos por nuestros pecados, olvidando que Dios es misericordioso y más grande que nuestros corazones”.
“Pecamos contra la esperanza cuando en nosotros el otoño anula la primavera; cuando el amor de Dios deja de ser un fuego eterno y nos falta la valentía de tomar decisiones que nos comprometen para toda la vida”.
En este sentido, aseguró que “el mundo tiene necesidad de la esperanza, como también necesita tanto la paciencia, virtud que camina de la mano de la esperanza”.
Afirmó además que “los seres humanos pacientes son tejedores de bien. Desean obstinadamente la paz, y aunque algunos tienen prisa y quisieran todo y todo ya, la paciencia tiene capacidad de espera”.
“Atravesar las noches más oscuras”
“Incluso cuando muchos a su alrededor han sucumbido a la desilusión, quien está animado por la esperanza y es paciente es capaz de atravesar las noches más oscuras”.
Por último, el Papa Francisco aseguró que “la esperanza es la virtud del que tiene un corazón joven; y aquí, la edad no cuenta. Porque existen también ancianos con los ojos llenos de luz, que viven una tensión permanente hacia el futuro”.
“Siempre mirad aquel encuentro definitivo, siempre mirad que el Señor está siempre a nuestro lado y que nunca la muerte será victoriosa. Sigamos adelante y pidamos al Señor que nos de esta virtud de la esperanza acompañada de la paciencia”, concluyó.
Durante los saludos a los peregrinos al finalizar la Audiencia General, el Papa Francisco pidió por el fin de las guerras, especialmente en Ucrania, Israel y Palestina.
Asimismo, invitó a los fieles a rezar el Rosario durante el mes de mayo y a pedir a la Virgen María por la paz en el mundo.