La Iglesia de Santa Cruz se regocija con la Ordenación de dos nuevos Presbíteros, “Ismael Rivera y Gonzalo Ferrufino”

Radio Betania. 2 de febrero, fiesta de la Presentación del Señor, y día en que la Iglesia  celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada, de manos de Monseñor Estanislao Dowlaszewicz, OFM  Conv, Obispo Auxiliar de Santa Cruz, fueron ordenados Presbíteros; Ismael Rivera y Gonzalo Ferrufino.

Ismael Rivera Callejas, nació el 18 de mayo de 1995 en Monteagudo, departamento de Chuquisaca, es el segundo de tres hermanos, sus padres son Marcial Rivera y Emma Callejas, y el 9 de noviembre del año 2021, de manos de Mons. Sergio Gualberti recibió la ordenación diaconal.

Gonzalo Ferrufino nació un 14 de abril de 1973 en Jorochito – Santa Cruz de la Sierra, es hijo de; + Felipe Ferrufino Paniagua y la Sra. Carmen Fernández Vallejos, es el tercero de diez hermanos y fue ordenado Diácono el 28 de agosto del año 2021 de manos del Obispo Auxiliar, Mons.  Estanislao Dowlaszewicz, en la Parroquia Purísima Concepción – La Guardia.

La celebración Eucarística de Ordenación Sacerdotal se celebró hoy jueves, 2 de febrero en la Basílica Menor de San Lorenzo – Catedral, a las 18:30 horas, fue presidida por Mons. Estanislao Dowlaszewicz, y concelebrada por: Mons. Sergio Gualberti, Arzobispo Emérito, Mons. Braulio Sáez, Obispo Emérito, Mons. Juan Gómez, Obispo Auxiliar de Cochabamba, el Vicario General, P. Juan Crespo, el Rector del Seminario San Lorenzo, P. Ezequiel Pérez, el Rector de la Catedral y Vicario de Comunicación, P. Hugo Ara, los Vicarios Episcopales y Sacerdotes del Clero Diocesano de Santa Cruz de la Sierra.

Los dos  nuevos presbiterios estuvieron acompañados del Equipo formador del Seminario, Diáconos, Religiosas, Seminaristas, familiares y  amigos.

Homilía

Al iniciar su homilía Mons. Estanislao resaltó que, la ordenación de Ismael y Gonzalo se celebra en un día der gracia, en la  Fiesta de la Presentación del Señor, conocida popularmente como: “Fiesta de la Virgen de la Candelaria” establecida por San Juan Pablo II también como la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. En este día agradecemos especialmente el don de todos aquellos que cumplen su vocación entregándose a Cristo para su propiedad exclusiva. Vivir según los consejos evangélicos de castidad, pobreza y obediencia, es la expresión más radical del seguimiento de Jesucristo. Todo esto se realiza por la fuerza de la fe vivida en la Iglesia, que es la Familia de los hijos de Dios, dijo.

Así mismo el prelado agradeció al Señor por el don de estos nuestros hermanos, que desde hoy serán constituidos en nuevos pastores de Dios en la iglesia que peregrina en Santa Cruz de la Sierra.

Algunos minutos antes de la ordenación he escuchado la solicitud pronunciada por el padre Ezequiel: “Reverendísimo Padre, Santa Madre, la Iglesia, le pide que ordenes como sacerdotes a estos hermanos nuestros”. La “Iglesia Madre” es una comunidad de la Iglesia, quiere decir que son ustedes hermanos y hermanas los que están pidiendo la ordenación a través del Rector del nuestro Seminario. Pero esta solicitud no es una mera formalidad, porque se basa en una profunda convicción de que la persona que va a ser ordenada reúne todos los requisitos para ser candidato a la ordenación.

El Obispo Auxiliar señaló que, hoy nuestra Iglesia está maltratada por muchos desde afuera y desde adentro, perdiendo credibilidad, y por eso necesita más que nunca de buenos y santos sacerdotes. Por eso el obispo hace la pregunta: ¿sabes si son dignos de ello? ¿que son dignos de ser ordenados sacerdotes? – No basta con que sólo los formadores de seminario respondan a estas preguntas. Lo que cuenta es también la opinión de los fieles de la parroquia de donde provienen los candidatos a la ordenación, la opinión de las comunidades católicas a las que pertenecieron o pertenecen.

El rector me ha asegurado de que son dignos de la ordenación. Estamos muy felices de aceptarles en nombre de nuestro Arzobispo Mons. Rene, y toda la Iglesia en Santa Cruz está feliz (…), pero hay algo conmovedor en el hecho de que incluso cuando otros nos consideran dignos de ser ordenados, nosotros mismos nos sentimos indignos. Por eso, en actitud de humildad, nos postramos en el suelo de la iglesia y juntos nos ponemos ante Dios y esperamos su decisión, su gracia, y la efusión del Espíritu Santo.

Teniendo todo esto en cuenta, podremos considerar a los candidatos dignos de la ordenación y decir demos gracias a Dios, dijo Monseñor.

¡Queridos Amigos Gonzalo e Ismael llamados al sacerdocio! Antes, en el signo sacramental de la imposición de manos del obispo, el mismo Señor les impone las manos, y como a Pedro, les pregunta por el amor, por el amor maduro y si aman más. Y amar más significa amar sin medida, más allá de la propia vida. Son muy elocuentes las palabras dirigidas por Cristo a Andrés y Felipe: “el que ama su vida, la perderá, y el que aborrece su vida en este mundo, la conservará para la vida eterna”. (Jn 12,25).

La vida de un sacerdote debe ser un don especial para Dios y para los demás. Por lo tanto, toda su fuerza y ​​tiempo para servir. Comprometerse de todo corazón y con todo.

Todos los signos de la ordenación sacerdotal son muy importantes, del profundo contenido y significado.

Cuando pones tus manos en las manos del obispo y le prometes obediencia, ofreces así toda tu persona al servicio de la iglesia como Cuerpo vivo de Cristo. En este gesto, la persona ordenada pone sus manos no solo en las manos del obispo, sino en las manos del mismo Cristo y en sus manos confía su vida y ministerio, y, prometiendo su fidelidad al Señor, da sus propias manos para convertirse en las manos de Cristo en el mundo.

Imposición de las manos

Queridos hermanos, que hoy son ordenados sacerdotes, por el gesto de la imposición de las manos del obispo, “Cristo toma posesión de ti, diciendo: me perteneces. Pero al mismo tiempo te dice: estás bajo la protección de mis manos. Estás bajo la protección de mi corazón. Estás escondido en mis manos y así estás en el espacio de mi amor. Quédate en el espacio de mis manos y dame tu corazón. Sé mi amigo, no un sirviente, sino un amigo”.(Papa Benedicto).

“Por el gesto de ponerse las vestiduras litúrgicas, el sacerdote recién ordenado debe tomar conciencia de qué en su ministerio sacramental, y especialmente en la celebración de la Eucaristía, debe desaparecer lo puramente privado e individual para dejar espacio a Cristo. No es el presbítero lo importante aquí, sino Cristo.

Las manos consagradas del sacerdote – han de convertirse en las manos del mismo Cristo en el mundo. No pueden ser herramientas para que el presbítero se apropie de las cosas materiales, de las personas o del mundo, sino qué deben transmitir un toque divino. Deben ser instrumentos de servicio, llevando a Cristo a las personas y configurando el mundo con amor.

El quinto es el gesto de entregar una patena con pan y una copa con vino. En la Última Cena, Jesús tomó pan, lo bendijo, lo partió y se lo dio a los discípulos, diciendo: Tomen y coman, esto es mi cuerpo. Entonces tomando una copa, dio gracias, y se la dio, diciendo: Beban todos de ella, porque esto es mi sangre, que es derramada por muchos para remisión de los pecados (Mateo 26:26) -28). Los apóstoles, los presbíteros obedientes al mandato de su Maestro: “hacen esto en memoria mía” (Lc 22,19), reunidos para celebrar la Eucaristía y encontrar a Cristo, haciendo presente su Pasión, Muerte y Resurrección, es decir, el Misterio Pascual.

“Nos llena de alegría acompañar a Gonzalo e Ismael en este paso tan significativo para ellos y para nuestra diócesis, al convertirse en presbíteros al servicio del Pueblo de Dios”, expresó Monseñor Estanislao.

El Prelado animó a los nuevos Presbíteros a tener cuidado de los pobres, estén cerca de ellos, sean misericordiosos también con los que viven en matrimonios no sacramentales, para que no se sientan excluidos de la misericordia de Dios, del amor fraterno de los demás cristianos, de la preocupación de la Iglesia por su salvación. Piensen en cómo ayudarlos a no abandonar su fe. Ayuden a los enfermos, a los necesitados. Preocúpense por los jóvenes y niños.

Así mimo Monseñor exhortó a Ismael y Gonzalo, a Ser dignos administradores de los santos sacramentos y de la misericordia de Dios en el sacramento de la penitencia. Traten de llevar una vida a un nivel no diferente al de sus fieles.

Cuiden la unidad y edifíquenla cada día en sus comunidades parroquiales, apoyen a su obispo en su preocupación por la Iglesia de Santa Cruz. De su entrega dependerá la forma de la Iglesia en nuestra patria, su credibilidad, dinamismo, frescura y santidad, les dijo.

Su ministerio, queridos Gonzalo e Ismael, se desarrollará como parte de la vida de una comunidad apostólica. Habrá pescas infructuosas y momentos gozosos junto al Señor.

El obispo aseveró que, en el tiempo del ministerio no les faltarán momentos de desasosiego, pero vendrá también muchas horas de fecundidad para poder multiplicar, con sus compañeros de misión, signos de Vida Nueva entre nuestra gente.

En sus vidas y en su misión repetirán en etapas, y situaciones distintas, dimensiones de discípulos cercanos, eficaces, comprensivos y atentos; pero también están llamado a desempeñar el servicio de Pedro: de ejercer la autoridad, con entusiasmo y con decisión para el bien de todos; como un servidor que va al frente, que se equivoca, que está aprendiendo de los errores del camino y que retoma la senda y vuelve a sumergirse en las aguas que el Señor le indica.

Serán los discípulos llamados a escuchar las voces de los otros, especialmente de los pobres y excluidos; aquellos que habitan las periferias existenciales de estos tiempos difíciles, con la cercanía de Dios, la cercanía del obispo, de los hermanos sacerdotes y la cercanía del Pueblo de Dios, como dice el Papa Francisco.

Santifica con tu bendición a aquellos a quienes pretendemos encomendar el ejercicio del sagrado ministerio. Queridos hermanos elegidos por Dios para el sacerdocio, recuerdan estas palabras, porque no son sólo nuestra oración por ustedes, sino también las palabras de nuestros más sinceros deseos. Amén.

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Palabras de Agradecimiento

Antes de finalizar la celebración Eucarística, Ismael Rivera tomó la palabra para agradecer a Dios por el don de la vida, por el don de la vocación, ya que por su gracia y su misericordia estamos acá, asumiendo este nuevo servicio al pueblo de Dios como Presbíteros. Así mismo agradeció a sus padres por haberle dado la vida y por haberles inculcado la fe en Dios.

De la misma manera el P. Ismael agradeció a la Iglesia de Santa Cruz, por haberles conferido este ministerio, a los Obispos por abrirles las puertas para ingresar a la formación sacerdotal.  De igual manera expresó su agradecimiento al Seminario Mayor San Lorenzo, el corazón de la Arquidiócesis, donde se les abrió un espacio de formación.

Agradecemos a todos nuestros hermanos en el sacerdocio, por ayudarles a discernir su vocación y por el apoyo incondicional durante su formación a la vida Presbiteral, expresó el P. Ismael.

De igual manera el Presbítero agradeció al pueblo de Dios, quienes están presentes en este momento tan importante para sus vidas, a tiempo de pedir que sigan rezando por mas vocaciones a la vida Sacerdotal y Religiosa.

Antes de impartir la bendición final, Mons. Estanislao a nombre del Arzobispo, Mons. René Leigue Cesarí, agradeció a los padres de los nuevos sacerdotes, por el hermoso regalo que han dado a la Iglesia de Santa Cruz, dos nuevos Presbíteros.

Primeras Misas de los nuevos Presbíteros

  • El P. Ismael Rivera celebrará su primera misa, el sábado 4 de febrero, en la Parroquia San Luis Gonzaga y San Expedito (San Luis), a las 19:00 horas.
  • El P. Gonzalo Ferrufino celebrará su primera misa, el viernes 3 de febrero a las 19:00 horas, en la Parroquia Purísima Concepción en la Guardia.

Fuente: https://campanas.iglesiasantacruz.org/

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